

Se estima que entre un 50-70% de los pacientes con dolor crónico de moderado a intenso sufren trastornos del sueño que se manifiestan como dificultad para quedarse dormido, despertares nocturnos por dolor y sueño no reparador.
Desde el punto de vista ético, aliviar el dolor es un derecho del ser humano y una obligación de los profesionales sanitarios. La responsabilidad de los profesionales en lo que respecta a proporcionar un control adecuado del dolor está recogida en el Juramento Hipocrático y en la Declaración de Ginebra, que exige ante todo velar por la salud del paciente.
Hay pocos estudios in vivo con los que poder demostrar tales efectos. Sería por tanto interesante realizar un estudio in vivo con el fin de conocer las posibles propiedades analgésicas del resveratrol.
El resveratrol presente en el vino tinto es conocido por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, poseyendo también actividad analgésica. Sin embargo, esta última está menos estudiada que las anteriores.
En base a los datos recogidos hasta el momento parece existir una relación clara entre dolor crónico y calidad del sueño